Del 6 de abril al 29 de octubre de 2017
MUSEO NAVAL, Madrid



Acerca de esta exposición

 
La institucionalización de la enseñanza de la navegación fue siempre tema prioritario de la Co­rona de España. Sus orígenes se remontan a 1503 con la creación de la Casa de la Contratación de Sevilla, donde se reguló la formación de los pilotos orientada a la navegación transoceánica.

La llegada de la dinastía borbónica con Felipe V, propició la modernización de las estructu­ras del Estado implantándose a lo largo del siglo XVIII los planes de José Patiño, Zenón de Somodevilla y Antonio Valdés que impulsaron un completo programa naval abarcando desde la formación científica de los oficiales hasta la creación de una importante infraestructura institucional.

En 1717 se creó la Real Compañía de Caballeros Guardiamarinas con su Academia en Cádiz, para unificar y potenciar la formación de los futuros oficiales. El plan de estudios, basado en las experiencias francesa e inglesa, teórica y práctica respectivamente, consistía en dos se­mestres de estudio de geometría, trigonometría, cosmografía, náutica, fortificación, artillería, armamento, manejo de fusil, evolución militar, construcción naval y maniobra de naos, y otras asignaturas complementarias como música, idiomas, esgrima y danza. Una vez superado el ci­clo académico, los alumnos realizaban un largo período de prácticas en un buque de guerra.

Gracias a la participación de Jorge Juan y Antonio de Ulloa en la Expedición de la Medición del Arco del Meridiano (1735-1744) se introdujeron en España las nuevas teorías científicas europeas alcanzando el nivel educativo de la Academia las más elevadas cotas.

Además de la creación del Observatorio Astronómico y el Colegio de Cirugía, se establecieron los distintos cuerpos patentados de la Armada: Cuerpo General, Infantería de Marina, Artille­ría de Marina, Ingenieros de la Arma­da, etc, que contribuyeron al estableci­miento de una flota moderna y eficaz.

La Compañía de Guardiamarinas fue trasladada a la Isla de León, al establecerse allí el Departamento de Cádiz. Siguiendo esta línea, se crearon posteriormen­te Compañías en los Departamentos de Ferrol y Car­tagena, subordinadas a la de Cádiz.

Tras la batalla de Trafalgar y la Guerra de la Indepen­dencia, la situación española en el siglo XIX condujo a una crisis de gran repercusión institucional, viéndo­se afectada la enseñanza naval. Se sucedieron el Real y Militar Colegio de Guardiamarinas en La Carraca (Cádiz), el Colegio Naval Militar en San Carlos, la Es­cuela Naval Flotante en la fragata Asturias convertida en pontón y fondeada en Ferrol. Los cursos prácticos se realizaron en diferentes buques-escuela: la Blanca, la Numancia y la Nautilus.

En 1913 se inauguró la Escuela Naval de San Fernan­do en Cádiz, conviviendo en los años de la Guerra Civil Española (1936-1939) con la Escuela Naval Po­pular en Cartagena.

Por último, en 1943 se inauguró la Escuela Naval Mi­litar de Marín, actual centro de formación de Guar­diamarinas, que desde el año 2010 incorporó sus estu­dios al Espacio Educativo Europeo, a través del Plan Bolonia.