La Aviación Naval y la Industria

Hidroaviones de construcción propia

El decreto de creación de Aeronáutica Naval establecía el criterio de: “implantar… fábrica propia de construcción de hidroaviones” por lo que la Armada buscó el entorno industrial en la geografía española que le permitiera hacerlo realidad y lo encontró en Barcelona “por muchas razones y la fundamental por su formidable industria, la más importante de España en la que no faltaba la rama del motor, contando con toda clase de recursos”.


Dornier Wal de la Aeronáutica Naval frente a Construcciones Aeronáuticas Sociedad Anónima en Puntales, Cádiz. 1936


En el ámbito de la construcción naval, las empresas “La Maquinista Terrestre” y “Marítima de la Barceloneta” construían desde 1849 las instalaciones de vapor para buques y el casco de los prototipos de submarinos de Don Cosme García y dos años más tarde el Ictíneo de Narciso Monturiol.  Además, en 1877, en Barcelona se llevaron a cabo las instalaciones de electricidad de las fragatas Numancia y Victoria, las primeras que dispusieron de ellas.

En este ambiente industrial de principios del siglo XX, la Armada decidió instalar la primera base aeronaval en las proximidades de la Ciudad Condal donde ya se ubicaban la casa “Hispano Suiza”, conocida en el mundo de la aviación por el motor V8 de 160 CV de los que llegó a fabricar 50.000 motores en distintas versiones, y la recién fundada empresa de Arturo Elizalde Rouvier, dedicada inicialmente a fabricar automóviles,  que en esos momentos de muy escasa actividad de la Aviación Civil creció con la demanda de Aeronáutica Naval.

Otra industria de gran trascendencia en la Historia de la Aeronáutica Naval, ubicada en Barcelona, fue “Pujol, Comabella y Compañía”. Ésta poseía un Aero Club en la zona llamada “Casa Antúnez” y estaba interesada en la fabricación de aviones. Gracias a la  fusión con  “Talleres Hereter S.A.”, que fabricaba automóviles, inició la fabricación de aviones. El 17 de septiembre de 1921 se entregó a la Aeronáutica Naval el  primer hidroavión construido en España, un “Savoia-13” fabricado en los “Talleres Hereter” con motor “Hispano Suiza”. A estas empresas de fabricación de motores y de ensamblaje de aviones se unieron otras de la incipiente industria aeronáutica que proporcionaron a la Armada la posibilidad de formar a su personal.